Reflexiones de un intelecto mejorable

31 agosto 2006

Creatividad

Atravesaba una zona de mi pueblo que se utiliza dos dias a la semana para albergar un mercadillo, y observe que alguien se habia dedicado a combinar las letras del cartel que lo avisa, acompañando a una señal de prohibido aparcar, de forma que en vez de "reservado mercadillo" ahora se puede leer "reservado cerdillo".

Es una costumbre muy extendida, y que a menudo consigue arrancarnos una sonrisa, esta de modificar carteles o señales para cambiar el significado de lo que dicen; muchas veces con contenidos obscenos o malsonantes: el que tapa el palo de la R en "Ruta monumental", el que añade un rabito a la "c" de "Aparcamiento" y la convierte en una e, el que dobla la servilleta en la que pone "Gracias por su visita" dejando a la vista solo las letras en negrita. Otras veces la gracieta es mas apta para todos los publicos; el tan manido "Pidan que los niños viajen solos" de los ascensores o el que reordena las letras de la pegatina de "TURBO" a "BRUTO".

Esta refexion me ha llevado a recordar una noticia que escuche hace tiempo de un grupo que se llama "Red Retro", y se dedica a renombrar estaciones de metro de Madrid. El diario 20 minutos ofrece esta fotogaleria, en la que se recogen algunos de los cambios.

Si no estamos a la cabeza del mundo en I+D tiene que ser por falta de inversion. En cuanto consigamos reconducir todos estos talentos desaprovechados a laboratorios, bibliotecas y otros centros de estudio, seguro que empiezan a llover los Premios Nobel.

19 agosto 2006

Señales

El otro dia, circulando por la carretera, llamo mi atencion una señal de trafico. Esa de "Peligro, aeropuerto", un triangulito rojo con un avioncito dentro. La via por la que circulaba no atravesaba, ni de lejos, el aeropuerto, y tampoco se veia ningun desvio hacia el; como mucho se podia ver que algunos aviones nos sobrevolaban.

¿Que utilidad puede tener esa señal? Si el avion esta por estrellarse encima de mi, no creo que la señal me sirva de mucho. Si tiene que hacer un aterrizaje forzoso en la carretera, o se lanza la tripulacion en paracaidas, no me va a coger mas prevenido.

Como mucho, puede provocar que, si el conductor es aficionado a la aeronautica, comience a buscar avioncitos por el cielo, a ver si tiene suerte y divisa su modelo favorito de Boeing.

07 agosto 2006

El efecto Axe

A veces se ven ofertas de desodorante en packs de tres, a un precio muy barato. Y uno no se pregunta por que estara tan barato, sino que piensa que es mas listo que nadie sucumbiendo ante tan suculento negocio.

Los primeros dias, la cosa no va mal, y uno se regocija cada mañana, despues de la ducha, por la reduccion de costes en su higiene; incluso puede cometer la osadia de recomendarle el producto a las amistades, para demostrar su habilidad ahorradora.

Con el paso de los dias, la epidermis descubre los meritos que llevaron al desodorante a la estanteria de la cabecera del pasillo.

Caso 1: desodorante de barra, marca americana que se anuncia ocasionalmente en los medios. A los 10 dias, ligera desazon axilar. A los 20 dias, picor patente. Al mes, comezón insufrible y rascamiento de sobaco permanente. Resultado: 2,70 botes de desodorante a la basura.

Caso 2: desodorante en spray, marca propia del hipermercado. La primera mitad del bote, fantastica. De ahi para abajo, escozor cada vez mayor durante los 20-30 segundos posteriores a su aplicacion. El problema, una vez producido, no se soluciona tirando el bote y empezando uno nuevo, sino que hay que cambiar a otra marca no agresiva. Resultado: un bote a medias y dos al 90% a la basura.

Con el Axe, ligar, no ligo, pero estoy a salvo.