Reflexiones de un intelecto mejorable

07 agosto 2006

El efecto Axe

A veces se ven ofertas de desodorante en packs de tres, a un precio muy barato. Y uno no se pregunta por que estara tan barato, sino que piensa que es mas listo que nadie sucumbiendo ante tan suculento negocio.

Los primeros dias, la cosa no va mal, y uno se regocija cada mañana, despues de la ducha, por la reduccion de costes en su higiene; incluso puede cometer la osadia de recomendarle el producto a las amistades, para demostrar su habilidad ahorradora.

Con el paso de los dias, la epidermis descubre los meritos que llevaron al desodorante a la estanteria de la cabecera del pasillo.

Caso 1: desodorante de barra, marca americana que se anuncia ocasionalmente en los medios. A los 10 dias, ligera desazon axilar. A los 20 dias, picor patente. Al mes, comezón insufrible y rascamiento de sobaco permanente. Resultado: 2,70 botes de desodorante a la basura.

Caso 2: desodorante en spray, marca propia del hipermercado. La primera mitad del bote, fantastica. De ahi para abajo, escozor cada vez mayor durante los 20-30 segundos posteriores a su aplicacion. El problema, una vez producido, no se soluciona tirando el bote y empezando uno nuevo, sino que hay que cambiar a otra marca no agresiva. Resultado: un bote a medias y dos al 90% a la basura.

Con el Axe, ligar, no ligo, pero estoy a salvo.