Reflexiones de un intelecto mejorable

22 abril 2006

La barriga

De vez en cuando, aparecen oportunidades. A mi, me ha surgido una de pasarme dos/tres meses sin trabajar, ni estudiar, ni actividad obligatoria alguna. La tentacion ha sido muy fuerte, y me he entregado de lleno a la vida sedentaria. Leer, jugar al ordenador, tomar unas cervezas; buscar, elaborar y degustar nuevas y suculentas recetas.

Este periodo ha coincidido con la primavera. No soy muy deportista, y el poco ejercicio que desarrollo (andar/correr) lo hago al aire libre. Pero entre abril y junio, mi alergia a las gramineas hace que deje de apetecerme hacer deporte.

Asi que, como no podia ser de otro modo, he engordado. La falta de ejercicio y mi peculiar metabolismo determinan mi forma de engordar: todo a la barriga. Tengo una barriga que no parece mia. Este hecho no me preocupa por mi imagen, sino porque me molesta. Cuando estoy sentado, si me echo hacia adelante, noto la presion. Y lo que peor me sienta, los pantalones me aprietan (especialmente los vaqueros).

Voy a intentar adelgazar, no por estetica, no por salud, sino para no tener que comprarme mas pantalones. No es un tema economico, sino que es una de las tareas mas odiosas de la sociedad moderna. No puedo comprender como hay gente a la que le gusta comprarse ropa; pero, en particular, el tema de los pantalones es el que peor llevo. Cuando lo tengo que hacer, normalmente porque los que ya tengo se caen a pedazos, tengo que ir acompañado de alguien (habitualmente, mi mujer), ya que, en caso contrario, tiendo a llevarme los primeros que me pruebo, no importa como me queden.

Eso si, imprescindible que no me aprieten la barriga.